Cerro Ciénaga. Fotografía: Alejandra Ferreyra.

miércoles, 28 de enero de 2009

La Higuera un hito en la historia de Traslasierra.

Queridos amigos y amigas buscadores de nuestra identidad comparto con ustedes un fragmento de la Revista Digital "alfilo" de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Después de su lectura podrán sacar sus conclusiones e ingresar a la misma para descubrir nuevos detalles.
Identidades étnicas: un pueblo cordobés reivindica sus raíces prehispánicas

La Higuera es un pequeño poblado cordobés, ubicado al noroeste de la provincia. El año pasado, sus vecinos instituyeron el 1 de agosto, “Día de la Pachamama”, como principal festejo del pueblo. Así, La Higuera se convirtió en la primera localidad argentina que celebra su existencia desde tiempos prehispánicos. Los integrantes del programa de extensión “Antropología y comunidades” de la FFyH fueron convocados, junto a otras organizaciones, a trabajar en la creación de un museo y la revalorización de los sitios arqueológicos existentes en la zona.
A unos 200 kilómetros de la ciudad de Córdoba, entre Villa de Soto y San Carlos Minas (al noroeste provincial), se encuentra ubicada la localidad de La Higuera. Este pequeño poblado, que registra alrededor de 400 habitantes, el año pasado se convirtió en noticia por haber establecido el 1 de agosto, “Día de la Pachamama”, como “día del pueblo”. La elección de esa fecha se llevó a cabo a través de una votación popular y con la activa participación de los habitantes de la comunidad y de algunos jóvenes radicados en Córdoba, que cursan sus estudios en el Instituto de Cultura Aborigen.
La iniciativa también contó con el acompañamiento y apoyo del programa de extensión Antropología y Comunidades de la FFyH. “La idea era revalorizar las identidades étnicas originarias. Aunque la ‘Pachamama’ tiene referencias vinculadas específicamente con el mundo andino, se toma como un aspecto emblemático de los pueblos originarios”, afirma Laura Misetich, coordinadora del programa. “Ellos vieron que como pueblo no tenían fecha de fundación, entonces empezaron a pensar cuál podría ser y en función de eso decidieron declararse como pueblo prehispánico”, señala Alfonso Uribe, arqueólogo e integrante del programa. A nivel nacional, fue la primera vez que una comunidad decide autoproclamarse de esta manera. “Los vecinos convocaron al Museo de Antropología para ver cómo podían recuperar la cultura material de la zona y comenzar a vincularse con otras instituciones culturales”, relata Alfonso.
El programa Antropología y Comunidades, que cuenta con el aval del Museo de Antropología y la Secretaría de Extensión de la Facultad, está integrado por especialistas y agentes que trabajan en esta institución, muchos de ellos formados en la Maestría en Antropología, interesados en responder a una serie de demandas que giran en torno a la emergencia de identidades étnicas, la valorización de la historia y la cultura local, la búsqueda de raíces, la organización del patrimonio y el interés por el resguardo de objetos con un determinado valor cultural. De acuerdo con Laura Misetich, el programa plantea “dar respuesta a las demandas, no sólo de formación de recursos sino también de acompañamiento de grupos, instituciones y localidades que han encontrado en la antropología una forma de relacionarse con su medio y valorizar su pasado, las memorias y las identidades locales”.
Nº26 - Diciembre 2008
▪ Editorial, por Liliana Aguiar y Carlos Longhini

1 comentario:

Identidad Ancestral dijo...

Es bueno ver que un pequeño pueblo desafíe los prejuicios y se sienta pre-colonizado; esto lo convierte automáticamente en el más Longevo por lo menos de la provincia de Córdoba y, es un título que nadies le puede quitar, no solo por querer serlo, sinó avalado por las "huellas" que existen por doquier en el mismo pueblo y alrededor dejado por los Habitantes Originarios.
De tal manera La Higuera (Macat Henem), puede celebrar si se lo propone la edad (varios miles) en años que le de la prueba con carbono 14 en sus pinturas rupestres, y/o sus morteros que han quedado sin que se les toque desde aquellos años: Felicidades!.